Este "punto verde", como se denominó, cuenta con varios contenedores, cuatro para ser exactos, para reciclar plástico, pilas alcalinas, latas de aluminio y botellas de vidrio. Pero, ¿qué tipos de desechos son los que debemos depositar para su reutilización?
No cualquier plástico sirve para ser reciclado, aunque sí la mayoría de los que usamos normalmente, pero en el "punto verde" ubicado en la comuna de San Antonio, sólo los que poseen los símbolos PET (Tereftalato de Polietileno) son los que debemos depositar en su interior –contenedor amarillo-, y entre ellos destacan las botellas de bebidas gaseosas y jugos, además de otros envases. Para reconocerlos sólo debemos leer bajo la base del recipiente el símbolo internacional de reciclaje y un número uno en su interior, o la sigla PETE o PET.
Con el reciclaje de los plásticos ayudamos a descontaminar el medioambiente, pues la mitad de todas las alfombras de poliéster que se fabrican en EE.UU., provienen de la reutilización de los recipientes de gaseosas que tienen el símbolo PET. Aunque estos elementos tardan entre 100 a 1000 años en degradarse, las botellas de vidrio –que se deben depositar en el contener de color verde- tardan mucho más, en promedio 4 mil años, siendo un objeto muy resistente pero que es cien por ciento amigable, pues está fabricado de arena y carbonatos de sodio y calcio, pudiendo recuperarse este elemento por completo.
En el receptáculo pequeño de color rojo, del "punto verde" de San Antonio, podemos depositar pilas alcalinas o de "botón"; esta última corresponde a las utilizadas en relojes o calculadoras, las cuales contienen un alto contenido de mercurio, elemento muy contaminante, por lo que existe el peligro latente para el medioambiente de que se filtren estos metales pesados, entre los que también se cuentan el plomo y el cadmio, infectando las aguas subterráneas y todo el ciclo de la vida silvestre.
Las pilas alcalinas son una de las menos contaminantes del mercado, aunque igualmente contienen mercurio, pero en menor grado. Por ello, siempre debemos preferir las pilas recargables, en especial las de hidruro metálico (NiMh), debido a que son las más ecológicas, y porque representan una inversión a largo plazo debido a que tienen una extensa vida útil.
Chile importa alrededor de 100 millones de pilas al año, lo que equivale a un consumo de siete pilas por habitante; suficiente contaminación para un país que no cuenta con centros de tratamiento para estos productos, siendo solamente aislados en contenedores de concreto para impedir la filtración de los metales pesados.
En tanto, el reciclaje de las latas de aluminio -las cuales tardan alrededor de diez años en ser convertidas por el medioambiente en óxido de hierro-, impide la tala de miles de árboles selváticos, debido a que la bauxita -que se utiliza como materia prima para el aluminio-, se halla bajo los tres primeros metros del subsuelo de estos maravillosos pero frágiles ecosistemas tropicales.
Es por eso que el reciclaje se convierte en un hábito importante, que debieran poner en práctica todos los habitantes del planeta, con el fin de resguardar nuestros ecosistemas, mantener el equilibrio ecológico y ahorrar la preciada energía que necesita nuestro mundo moderno para funcionar correctamente, eso sí, sin olvidar que la Tierra es la que nos surte de todo lo que realmente necesitamos.
REDACTÓ: LENKA MACELLARI ZULLIVICH